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¡ABSURDA REPRESIÓN! El Gobierno de Maduro persigue a quienes escriben en su contra

Balvina Jaqueline Muñoz Gómez se despertó abruptamente con los gritos y los fuertes golpes que provenían de la entrada de su apartamento en una fría madrugada del pasado mes de abril y, sobresaltada, se puso una bata para ir a ver quién podía estar formando semejante alboroto.

Siendo una poetisa, dedicada por años al arte, Muñoz estaba acostumbrada a hacer uso de su imaginación, pero no estaba ni remotamente preparada para encontrarse con quienes le aguardaban del otro lado de la puerta de su residencia en Caracas, y mucho menos sospechaba lo que querían.

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Se trataba de 10 funcionarios de la División Contra el Terrorismo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), que después de abrirles irrumpieron al apartamento apuntándole con sus armas. Tras confirmar su identidad, uno de ellos se le acercó y le gritó: “dame la novela […] la que estás escribiendo […] ¡Dámela!”.

El caso es uno de los últimos reportados por la organización Venezuela Awareness que muestra cómo la represión del régimen de Nicolás Maduro ha pasado a castigar todo tipo de disidencia dentro del país, con encarcelamientos y enjuiciamientos arbitrarios a personas que en ocasiones ni siquiera estaban participando en las manifestaciones de protesta.

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Según el informe de la Organización No Gubernamental, Muñoz actualmente enfrenta cargos de “instigar al terrorismo y odio social”. La principal prueba incriminatoria contra ella consiste en el borrador de su primera novela que recoge las vivencias de los jóvenes que protestan en las calles.

El uso arbitrario de la justicia venezolana ha sido documentado por distintas ONGs que velan por la preservación de los derechos humanos, e incluye el encarcelamiento de individuos que van desde venezolanos que simplemente se encontraban en el lugar equivocado cuando agentes del orden reprimían las protestas, hasta abogados que trataban de defender a los detenidos.

“Lo que está ocurriendo en Venezuela es espantoso”, comentó Patricia Andrade, presidenta de Venezuela Awareness, organización que lleva años denunciando el uso del sistema judicial del país con fines de persecución política.

“Tenemos casos de detenciones arbitrarias y de torturas de personas por solo atreverse a pronunciarse públicamente contra el régimen”, como sucedió recientemente con Gerardo Resplandor, un estudiante detenido que fue salvajemente golpeado por emitir una pequeña nota que luego fue publicada en las redes sociales recomendando a sus compañeros que mantuvieran las protestas, dijo.

“Lo metieron en un cuarto, lo sentaron, le cayeron a golpes y le dijeron ‘no vuelvas a publicar una carta más’ ”, afirmó Andrade, quien mantiene contacto con los familiares y los representantes de los detenidos en Venezuela.

Según Andrade, la represión ejercida por Maduro se está dando en etapas y el régimen parece estar concentrándose actualmente en erradicar el derecho a opinar.

“Se está criminalizando y castigando la opinión, el derecho a opinar, y eso es lo que sucedió con esta señora [Muñoz]”, comentó.

La poetisa, quien desde el 22 de abril permanece en la temible cárcel de mujeres de Los Teques, estaba escribiendo una novela corta donde ilustraba la realidad de los jóvenes venezolanos bajo tiempos de escasez y represión.

Titulada El Amor en tiempos de Guarimba, la obra estaba inspirada en la detención “arbitraria” de su hijo Angel Asdrúbal Zambrano Muñoz, quien había sido interceptado por las fuerzas del chavismo semanas antes, cuando estaba parado frente a la puerta de su residencia.

Muñoz sintió gran indignación por el maltrato que recibió su hijo, quien también fue golpeado durante su arresto por parte de efectivos de la Guardia del Pueblo, una especie de milicia organizada por el chavismo para resguardar “la Revolución Bolivariana”.

Según el informe de Venezuela Awareness, Muñoz comenzó a escribir porque quería “registrar cada detalle de la realidad del venezolano, sin instar al odio ni a la polarización”.

La poetisa también llevaba un tiempo organizando a un grupo que llamaba “Los Libertarios”, que consistía de jóvenes sin filiación política dedicados a emprender trabajo comunitario, “al apego a la vida sana y al deporte, alejados de las drogas y formados en el estudio de la Historia y la Geografía nacional”.

El informe señala que Muñoz fue denunciada por una agente que había infiltrado la organización liderada por la poetisa y que informó que ella estaba escribiendo la novela.

Después de su arresto, Muñoz fue presentada ante el Tribunal Penal Noveno en funciones de Control, que la remitió a la Cárcel de Mujeres del INOF en Los Teques. El 10 de junio, durante la audiencia preliminar, la fiscal del Ministerio Público Francis Avila solicitó el pase a juicio por el cargo “instigar al terrorismo y odio social”, reservado en las leyes para individuos de alta peligrosidad.

Fuente: El Nuevo Herald

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