«El único «aviador» que conozco es la inflación, que anda por el cielo», de este modo, el alcalde metropolitano Antonio Ledezma desestimó las acusaciones del ministro Miguel Rodríguez Torres. Aseguró que: «Nos quieren calladitos, pretenden montarnos un cañón para que vivamos con el rabo entre las piernas y un dirigente democrático no puede andar en esa tesitura. Así que no me intimidan, ni me amedrentan porque quien no la debe no la teme».
«De este Gobierno se puede esperar cualquier cosa. Esas patrañas son propias de un régimen desesperado que llega a la ridiculez de montar ollas sin condimentos porque es el reciclaje de señalamientos en que se han visto involucrados los jefes policiales del Gobierno, incluido Maduro. En mayo me acusaron de traidor a la patria porque me reuní con unos alcaldes en Miami y presidí una asamblea con centenares de venezolanos que padecen el exilio. No debería extrañar que Rodríguez Torres, quien se ha convertido en un detective chimbo del siglos XXI, diga que el papa Francisco está comprometido en guarimbas religiosas».
Asimismo, fustigó al Gobierno al decir que en el 2012 se «cerró con 20% de inflación y en diciembre del año pasado brincó al 56%. La gente se está muriendo de hambre, los alimentos registran una tasa inflacionaria del 80% mientras el barril de petróleo anda por encima de los cien dólares y se financia a regímenes como el de Cuba o Nicaragua. Esa es la verdadera guarimba que le revienta en la cara a Maduro y Rodríguez Torres» dijo Ledezma, según el portal del diario El Universal.
Sobre el presunto financiamiento de protestas, aseguró que «habría que meter presas a las abuelas que han dado la cara en todas las plazas llevando agua y comida. Ese es el financiamiento que la gente hace cara al sol. Cuando el Gobierno dice que debemos dialogar porque si nos vamos a matarnos, yo le respondo que nos mataremos a banderazos porque actuamos pacíficamente ante un Gobierno violento y represivo», y sentenció: «El Gobierno acusa a los estudiantes, y a quienes protestamos, de golpistas cuando quienes llegaron al poder, luego de dos golpes de Estado, fueron ellos. Nosotros andamos en manifestaciones cívicas y sí, decimos que hay que cambiar este Gobierno».
«La protesta, la cívica de los estudiantes, es un derecho de legítima defensa. Aquí no funcionan los organismos que deben garantizar esos derechos porque están secuestrados. Y esa es nuestra gran tarea: el restablecimiento del principio de la separación de poderes. Por eso a la gente no que le queda otra alternativa sino la calle frente a un Gobierno acusa de guarimbera a una señora que protesta porque le subieron el precio del pollo».
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