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¡BUENÍSIMO! El tras cámaras de la compra montada de «Cheverito» Méndez y el captahuellas

En un contacto con VTV desde un supermercado privado de Maracaibo pude observar a un tipo joven, con cara de inteligente y porte de gobernante rojo que se come la liga, explicar de forma bastante detallada cómo se proponen desarrollar el bendito sistema biométrico para controlar a los ávidos consumidores, en su objetivo antinatural de acceder a bienes y servicios.

Después me enteré de que el brillante muchacho es el Superintendente de Precios Justos y se llama Andrés Eloy Méndez. Lo impactante para mí no fue que tratara de explicar, con poco éxito por cierto, las bondades del mecanismo, inclusive que se creyera su propio cuento al reflejar la ingenuidad muy propia de los formados en “revolución”, lo que ciertos críticos malvados denominan idiotez; realmente, lo macabro del asunto fue que pretendiera no relacionar el tema con la escasez y el racionamiento propios de un país que sufre una debacle económica.

El superintendente de Precios Justos, Andrés Eloy Méndez

Fue como si se dirigiera a un auditorio de zombis que en su ansia insaciable arremeten contra todo lo que se les atraviesa.

Andrés Eloy detalló los pasos que los consumidores debemos seguir a partir del próximo 30 de noviembre, al momento de adquirir alimentos de primera necesidad. Él dijo lo siguiente: “Lo primero que deben hacer al llegar al mercado es entregar la cédula en la caja para el chequeo de los datos.

Luego hay que posar el dedo índice de la mano derecha en la máquina captahuella y cuando se le indique, cambiar al mismo dedo pero de la mano izquierda”. El hombre se manifestó tan natural que mientras hablaba como el propio Cheverito simulaba ser cliente y conversaba con la cajera que lo veía como si fuera un extraterrestre que apenas se ambientaba en el planeta Tierra.

Cheverito Méndez prosiguió con su consejo: “Cuando se le indique que puede pasar, siga adelante con su carrito a buscar sus productos. Vamos a hacerlo”; lo decía con voz melosa pero a su vez melodramática mientras conducía el vehículo a los anaqueles de harina pan.

“Supongamos que aquí hubiera algún producto (En realidad el dueño del comercio era opositor y terrorista porque el anaquel estaba vacío) una vez que ya tenga todo lo que va a llevar, se devuelve a la caja donde le devolverán su cédula (Si la encuentran) y, al final, saca su dinero y paga”. Así de simple.

Con su carita ramplona Cheverito Méndez concluyó: “Es sencillo y no habrá necesidad de hacer cola. Con las captahuellas las colas van a bajar en 80%”.

En ese preciso instante me percaté de que los camarógrafos de VTV están traicionando al proceso, al mejor estilo Giordani, Navarro & Compañía de Responsabilidad Limitada.

En lugar de fijar la cámara en el rostro sonriente del Superintendente hicieron un paneo a los curiosos que presenciaban riéndose o con la boca abierta como para albergar un mosquero, reflejo perfecto de la seriedad con la que el pueblo se viene tomando las medidas que anuncia el Régimen. Solo uno alcanzó a vociferar, con cara de hambre, “…así, así, así es que se gobierna…”

Para concluir, Cheverito Méndez recalcó que el nuevo sistema anunciado por Maduro como parte de las medidas para combatir el contrabando “no pretende racionar sino acabar con las compras exorbitantes”.

Ahí mismo, sin que nadie lo pudiera evitar, una ancianita gritó: “Es verdad, es verdad, como todo está tan barato yo me quiero llevá el abasto pa’ mi casa”; y un guasón añadió: “Señora, no gaste todo en comida, recuerde que la pensión le tiene que alcanzar para viajar a Miami”.

Esta de más decir que fueron arrestados y un Juez de los que tenían reservados para los estudiantes les abrió juicio, sin beneficios procesales, por el delito de conspiración, agavillamiento, terrorismo y rebelión militar.

Para finalizar, el Super muy centrado y sentando cátedra revolucionaria, tratando de que no lo sacaran de su guión, alzaba la voz: “Es muy importante aclarar que las compras en principio, serán de cuatro unidades de cada uno de los productos de la cesta básica. Las compras no son por familia sino por persona, hay que aclararlo.

Este sistema nos permitirá salir del fraude de los amargados de los bachaqueofílicos”. Me imagino que en lenguaje encriptado de los rojos esta es una nueva forma de referirse a los pendejos a los que antes llamaban escuálidos.

Este es nuestro presente. Vivir en el país del racionamiento, el del pollo y medio por mes y familia, el del reciclaje de papel toillete, en el que la gente se muere por falta de medicamentos, en el que prohíben exportar. Eso sí, en algo avanzan; y es que ahora PDVSA importa petróleo. Una perfecta revolución de enajenados.

Rodolfo Schmidt

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