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¡CANDELA! Exministro chavista le da hasta con el tobo a Maduro por sus políticas económicas

El exministro de Planificación de Hugo Chávez, Felipe Pérez Martí afirmó, durante el foro organizado por Econométrica el pasado martes 23 de septiembre, que un plan de ajuste económico bajo un gran acuerdo nacional lograría parar la inflacion en seco y solventar los problemas económicos sin necesidad de reducir gastos del Estado.

A continuación la segunda parte de su exposición al continuar presentando los planes que deben tomar un gobierno de transición.

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Esas tareas, dijo, son técnicamente sencillas pero requieren mucho apoyo político. Lo dijo porque Venezuela no es Grecia, España o Portugal, y ni siquiera necesita acudir al FMI si las cosas se hacen bien. Agregó entonces una frase que ya ha repetido: la situación está tan desquiciada que un mínimo de cordura haría milagros.

Precisó que tenemos recursos para hacer un ajuste exitoso con las políticas económicas adecuadas. Tenemos la liquidez en dólares y los recursos humanos de emprendedores, de empresarios. Con el mercado funcionando sin los obstáculos de los controles perniciosos y bajo acuerdos políticos sólidos, se liberan las fuerzas productivas, y podemos tener una situación en la que haya un crecimiento inicial de hasta de 10% interanual, con repatriación de capitales y de cerebros.

Pérez Martí hizo la salvedad de que pudiéramos alcanzar esos niveles de crecimiento, porque nos encontramos en el “sótano 8”; de modo que del sótano 8 a la planta baja el crecimiento es rapidísimo. Comparó la actual situación de Venezuela como la de un hombre a quien han estado ahorcando y que, al soltarle el lazo, comienza a revivir.

“Un ajuste cambiario –dijo al comenzar a bosquejar las medidas que habría que adoptar- produce un ingreso fiscal de casi 40 mil millones de dólares. Porque, ¿qué es lo que está pasando ahí? Bueno, que esa plata se la está llevando otra gente; los corruptos. Ahí habría que hacer un exorcismo,porque además de los corruptos directos del gobierno, en particular del estamento militar, muchos de ustedes los empresarios presentes han estado usufructuando de esa situación y eso no puede ocurrir en la Venezuela futura, pues de ahora en adelante todo el mundo tiene que vivir de su trabajo”.

Estimó que el ajuste cambiario le permitiría al Fisco retener 12 puntos del PIB, teniendo presente que el déficit para este año se ubica en 20 puntos del PIB – un nivel desastroso, y añadió que nosotros tenemos más de cinco años con un déficit de más de 10%, que se ha estado financiando más que todo con emisión de dinero, y eso lo que se ha traducido en inflación. “No son los empresarios. Es la monetización del déficit el responsable principal de la inflación”.

A continuación mencionó la gasolina y la electricidad, y, a ese respecto consideró que no se podía seguir regalando; porque, además, generaba problemas como el contrabando y la desviación de la actividad productiva y el empleo fronterizo hacia esas actividades improductivas. “Entonces, si hacemos un ajuste en esas dos cosas obtendríamos alrededor de 5 puntos del PIB”.

Calculó, asimismo, que obtendríamos 3 puntos del PIB si se revisan los acuerdos de Petrocaribe, ya que, a su juicio, por esta vía estamos regalando petróleo en una situación en la que necesitamos más bien que nos regalen – por solidaridad con el que está peor.

“Entonces, por arte de magia, sin reducir el gasto, y sin aumentar los impuestos cubrimos una brecha fiscal de 20 puntos del PIB. Por eso es que yo digo que un mínimo de cordura hace milagros. Eso no podría ocurrir en ningún otro país del mundo. Sería necesario acudir al FMI, subir los impuestos y recortar el gasto; generar descontento social”.

Reiteró el exministro que en lugar de crear un cisma social, aquí los que saldrían perjudicados serían los corruptos cadivistas, los que distribuyen los alimentos subsidiados, que suelen ser los militares; los contrabandistas y los países no solidarios con el nuestro. “Por eso les decía que aquí la gran contradicción es entre los corruptos y el resto de la población”.

Hizo ver que por esta vía ya no se requería apelar a la impresión de dinero; causa fundamental del proceso hiperinflacionario y que la inflación se pararía en seco. Según Pérez Martí se ha comprobado que cada vez que se ha tomado un plan de ajuste de esta natureleza, se para en seco la inflación.

Disuadió a quienes piensan que se puede producir un tsunami cambiario con un ajuste; asegurando que los procesos hiperinflacionarios se cortan en seco, y que además nosotros tenemos la ventaja de que no necesitamos ayuda externa. Precisó que aquí hay dos problemas que resolver: de solvencia, con el que se procede de esta manera, y otro de confianza. Agregó que resolviendo el problema de solvencia, en un entorno de confianza dado por la sostenibilidad y un clima de acuerdo político, lo que va a ocurrir es una mejora general de las condiciones, incluyendo las del salario real, pues muchos precios van a bajar.

“Porque si se resuelve el problema de solvencia y del confianza el tipo de cambio de equilibrio de mercado, de acuerdo a nuestros estimados en alrededor de 75 bolívares por dólar, que es el centro de unas bandas cambiarias robustas de 50 mínimo, y de 100 máximo”.

También refutó la idea de que con ese tipo de cambio todo el mundo buscaría entonces comprar dólares; expresando que él conocía esa teoría, y que él mismo había implementado ese régimen, cuando en el 2002 ocupó la jefatura del ministerio de la Planificación, y recordó que a él le decían “el ministro místico”, y se reían de él porque enfocaba el tema de la confianza.

“Aquí entre nos –aseguró-, yo senté a la banca y la puse en su lugar; porque lo que sucedió fue que el tipo de cambio se ubicó, exactamente, donde nosotros lo habíamos predicho. Eso se puede hacer. Son las fuerzas del mercado que en este caso jugarían aún mejor en favor del país”.

Pérez Martí dijo a continuación que por esa vía no sólo se corta la salida de capitales; sino que, incluso, lo que puede acontecer es que se produzca un regreso de capitales e inversión extranjera, y que hay muchos agentes económicos que sólo están esperando que se den estas condiciones económicas para ellos venir e invertir. El programa requiere medidas monetarias, como la independencia del Banco Central; y productivas, como reglas de juego adecuadas para la inversión privada.

Estimó que la inflación en el primer año, luego de aplicarse este programa de ajuste, se pudiera ubicar en un 40%, destacando que para este año se estima que puede llegar al 200% o más, y en tres años se colocaría en un 5% interanual; que representa menos la inflación intermensual que tenemos hoy en día (de unos 7%). Otro detalle que asomó es el salario, que se colocaría, según sus cálculos, en 150 dólares cuando hoy en día está en 15 dólares.

La situación estaría tan bien que si se orientan los subsidios a un mecanismo más efectivo y eficiente, y se pasa de la repartición corrupta de bienes a una asignación monetaria a quienes lo necesitan, como es bastante estándar en el mundo, con un financiamiento adicional proveniente de una reducción de gasto superfluo y no necesario en la coyuntura, los sectores más vulnerables saldrían mucho mejor que como están ahora. Incluso los afectados por el incremento del precio de la gasolina.

Equilibrio de coordinación: exorcismo I

“¿Qué significa diablo? –se preguntó ahora- Es una palabra que viene del griego diabolos, y que significa separador. Estábamos en el Paraíso celestial y el diablo fue el separador entre Dios y el hombre. Bueno, nosotros hemos tenido 16 años de gobierno del diablo: nos hemos separado unos de otros. Lo que está planteado es la unión, y es por eso que hablo de exorcismo, para el cual cada involucrado renuncia a lo que impide esa unión”.

Negó que el culpable de esta situación sea sólo Chávez y, luego, Maduro, y que todos teníamos responsabilidad en esto, trayendo a colación los hechos de 2002; instantes en los que él le propuso al empresariado, así como a la ciudadanía un plan de consenso nacional bajo el cual comenzó a implementar el régimen cambiario, y que funcionó; que él le propuso al empresariado, a Fedecámaras, Consecomercio, Asociación Bancaria para acometer una política económica en conjunto para lo cual, incluso, Chávez lo había nombrado de ministro, “a raíz del golpe”, siendo conocido como un “IESA boy” o un “Chicago boy”.

Mencionó a los tutores de su tesis doctoral: reconocidos adalides del neoliberalismo mundial, y que en esas condiciones, no obstante, Chávez lo nombra de ministro de Planificación, Jefe del Gabinete económico, y lo coloca al frente de la Comisión de Transformación del Estado y de la Comisión del Poder Popular. Tenía mucho poder, en el papel. Bajo la teoría de que es necesario un equilibrio de coordinación, que implica el acuerdo entre los líderes económicos, para que todo el mundo creyera que la cosa va a ir bien para que fuera bien. Habiendo impulsado esto, y hablado en privado con el presidente de Fedecámaras, y Consecomercio, con Chávez y él, para lograr un pacto de caballeros, no obstante, “esta gente salió con el paro empresarial y petrolero de finales del 2002”.

“A mí me traicionó el empresariado, y traicionaron al país también, y ese es el exorcismo que tenemos que hacer: reconocer nuestros errores, que veo que es lo que está haciendo la nueva Fedecámaras”.

Utilizó una expresión coloquial, para referirse al estado en que quedó Chávez, luego del paro petrolero y empresarial: “picado de culebra”, y que, en consecuencia, el régimen cambiario lo comenzó a usar como un arma política a partir de ese momento, como estrategia política, y a raíz de que se generó una corrida contra el bolívar. Lo de los rumores inducidos para la corrida contra el bolívar fue otra traición, según confesó, a su política.

“A partir de ahí fui sacado del gobierno, y Chávez poco a poco fue adoptando el esquema de socialismo estalinista, capitalismo de Estado, como reacción de guerra ante estas agresiones del empresariado y la oposición”.

Afirmó Pérez Martí que desde entonces el país quedó en manos de los buscadores de renta, que fueron los que pasaron a gobernar; teniendo, sobre todo, los militares una tremenda responsabilidad en el caso.

Al retomar el tema de la confianza, indicó que aquí había que llegar a un acuerdo mínimo de gobernabilidad; pues sólo con las medidas económicas no es suficiente, y que él cuando estaba en el gobierno concebía que había que promover un “equilibrio de coordinación”; de modo que si en la opinión pública se siembra la idea de que la cosa va a ir bien, es porque la cosa va a ir bien, y que cuando decía estas cosas mucha gente, “que no sabe de economía”, se reía de él.

Pero que estas cosas sí se manejan en economía, en especial, en la parte de la teoría de los juegos y del equilibrio general, y que el equilibrio de coordinación consistía en poner de acuerdo a todos los sectores, con respecto al cumplimiento de una meta, y que eso se ha demostrado en economía; y que sería lo que acompañaría el ajuste económico.

“De modo que un acuerdo mínimo de gobernabilidad va a permitir que este equilibrio de coordinación se dé; pues la gente va a creer en el país; pues va a haber una institucionalidad que lo garantice, y, por supuesto, tiene que ser un acuerdo en el cual a nadie se le excluya, como hizo el chavismo en esa guerra; pues excluir al chavismo ahora, sería como invocar al diablo. No se pueden excluir a las bases chavistas. Porque seguiríamos en el mismo problema”.

La maldición del oro negro. Exorcismo II

Dejó para la parte final el último exorcismo que habría que hacer, y es la maldición de los recursos, so pena de no salir nunca del rentismo petrolero y todos sus males. Los países que adolecen de este problema, como se ha estudiado en economía, presentan tres síntomas:

“El primero, la enfermedad holandesa, y que se padece a causa de que, al entrar al país los dólares de la exportación de un commodity, la moneda local se sobrevalúa, de manera que adquiere mucho poder de compra externo, por lo cual se hace barato y atractivo importar pero que perjudica la producción interna. Por otro lado, el mismo fenómeno hace caros para el resto del mundo nuestros productos, por lo cual no se exporta bienes que no sean el commodity. El chavismo, con el control de cambios, ha sobrevaluado aún más el bolívar, agravando en vez de solucionar, la enfermedad holandesa, y ha empeorado gravemente la dependencia económica y fiscal del petróleo.

El segundo síntoma, que también habría que corregir, la constituye la inestabilidad macroeconómica, derivada de la volatilidad de los precios internacionales de los comodities. Si el precio está alto, los ingresos fiscales crecen; si está bajo, bajan, produciendo un comportamiento pro-cíclico en el gasto fiscal, y por tanto, imprimiendo inestabilidad macroeconómica interna. Esto es nefasto para la economía, en particular, para la inversión de largo plazo, en conjunción con el primer síntoma. Así, el país no se desarrolla, y su productividad se estanca, como ha pasado aquí, sin que se corrija ni el la cuarta, ni en la quinta repúblicas.

“Tercero, los países que adolecen de este problema, normalmente, son centralistas, tienen poca democracia, son militaristas y hay mucha corrupción, tanto pública, como de las empresas privadas relacionadas con el gasto del gobierno”. La razón es que unas mafias se organizan para usufructuar la renta respectiva, y no les interesa que haya democracia para que los controle; no les interesa que haya descentralización, para no compartir la renta; les interesa que los militares, que tienen el poder fáctico del dedo en el gatillo defienda ese negocio de corrupción, ganando su parte en el reparto; y las empresas privadas se organizan para tener su tajada respectiva.

Descartó que para salir de esta enfermedad sea suficiente nombrar un nuevo gobierno; porque no se trata de salir de una camisa roja para poner a una amarilla, pues seguiría existiendo el esquema de poner a zamuros a cuidar carne. Como solución paradigmática, citó el caso de Noruega, al que calificó como uno de los Estados más avanzados del mundo, a pesar de ser petrolero.

“El secreto consiste en un fondo de ahorro intergeneracional, al que van todos los ingresos de la renta petrolera. Como los dólares no entran al país, no se sobrevalúa la moneda, el sector productivo interno no tiene competencia desleal, y de desarrollo; lo mismo que el sector exportador no petrolero; puesto que la volatilidad de precios lo experimenta sólo el fondo, los shocks no se transmiten internamente, lo cual garantiza estabilidad macroeconómica, e inversión y desarrollo de largo plazo; Como no viene la carne para los zamuros, no hay zamuros, por diseños: la corrupción se mantiene a raya.

Como el fisco tiene que vivir de los impuestos, se desarrollan los mecanismos de rendición de cuentas normales en el control democrático; se desarrolla la descentralización como mecanismo de gestión óptima del sector público; se dedica la Fuerza Armada a sus asuntos de defensa nacional; y se desarrollan las instituciones que incluyen para la formación de un funcionariado eficiente y controlado, y una relación transparente entre Estado y empresas, con procesos de subasta de contratación de obras públicas. Los empresarios tendrían que pagar sus impuestos, por lo menos al nivel de los estándares latinoamericanos, de Colombia y Chile, pues aquí los impuestos no petroleros son sólo el 15% del PIB, mientras que en esos países llega a unos 23% del PIB. Los ingresos fiscales que provienen del fondo de ahorro son constantes, y relativamente pequeños. Y el fondo representa un aval sumamente sólido que da una solvencia envidiable al país, que incentiva la inversión privada, tanto nacional, como extranjera.

Enrique Meléndez / Noticiero Digital

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