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¡EN TOTAL MISERIA! Madres cuentan que dejan de comer para que sus hijos «tengan una arepa»

Temas como la inflación, nivel de escasez de productos básicos y alimentos en general, sin duda han afectado profundamente la mesa de las familias venezolanas.

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Una nota publicada por El Nacional reseña que la comida balanceada es un bien escaso en la mesa. Las raciones se redujeron y los más pobres optan por comprar harina de maíz, arroz, pastas y grasas.

“Cuando tengo poca comida en la casa, dejo de comer para que mis hijos tengan aunque sea una arepa. Si hay media bolsa de harina, les preparo a ellos. La leche la dejo también para ellos. Hay días en los que comemos nada más dos veces y ni siquiera son comidas completas, almorzamos más o menos bien y en la noche una arepa”, cuenta Ismel Masguarán, madre de seis niños y en espera del séptimo, quien el viernes hacía la cola del Día Día de Parque Caracas, parroquia Candelaria.

Con ella estaba Jessica Tovar. Tiene dos hijos, uno de cuatro años y otro de meses que llevaba en brazos. “El grande tiene problemas de peso. El médico lo mandó a comer seis veces al día. Trato de que al menos coma tres veces, pero es difícil. Hemos disminuido las raciones y no se llena tan fácil. No hay ni para darle una gelatina”.

Ismel y Jessica son parte del 12,1% de la población que, de acuerdo con la Encuesta Condiciones de Vida 2015, comen 2 o menos veces al día. El estudio que realizaron las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello consultó a una muestra de 1.488 hogares de 23 ciudades grandes, medianas y pequeñas.

Las dos mujeres se agregan al 93% de los pobres extremos que no tienen suficiente dinero para comprar comida. “Si compras la fruta, que de por sí es carísima, no hay azúcar. El dinero no alcanza ni porque subieron los cestatickets. Una harina ya cuesta 600 bolos y un paquete de leche 2.000”.

Aunque el sacrificio de las mujeres por la alimentación de la familia no fue considerado en la Encovi, sí fue una de las sugerencias que quizás se incorporen a la edición de este año. “Las madres que sacrifican arepas, arroz o la porción de carne están expuestas a una alimentación que las pone en riesgo de padecer enfermedades crónicas cardiovasculares, diabetes u obesidad. Estamos comprometiendo el desarrollo del país”, opina Marianella Herrera, investigadora que participó en la realización y presentación del capítulo de alimentación de la Encovi 2015.

Sin balance

El estudio reflejó que 40% de los alimentos que compran los venezolanos son harina de maíz, arroz, pastas y grasas, sobre todo en los estratos más pobres de la población. Además, revela que 63,8% de las personas no comen nunca fuera de casa.

Glennis González entra dentro del 23,9% que respondió que comía ocasionalmente (máximo una vez a la semana) fuera de casa: “Si es quincena, podría almorzar en la feria del Sambil. Si estoy recortada, opto por un “perro caliente”, como hoy. En general la comida no es nada balanceada. Cocino en casa, pero repito comidas y no como casi ensaladas”.

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