Lo último que se conoció de la madre de José Antonio Tovar Colina, conocido “El Picure”, era que había sufrido un ACV cuando conoció que su hijo fue abatido en un enfrentamiento con cuerpos de seguridad del Estado, pero la información no fue confirmada.
Según reseña Contra Punto, Maite sabía bien que su hijo era un criminal, sin embargo no fue impedimento para llorarlo.
En una caja de cartón, la madre de uno de los antisociales más sangrientos y buscados en el país, recibió las cenizas de su hijo.
Los habitantes del pueblo y las fuerzas de seguridad del estado sabían que “El Picure” hacía vida en Concha de Mango y rara vez abandonaba El Sombrero. Pero no fue hasta hace ocho meses que comisiones mixtas de la Guardia Nacional Bolivariana y del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas decidieron entrar al caserío para darle caza a Tovar Colina.
Cuando las primeras incursiones no dieron resultados, empezaron -como reza el dicho- a pagar justo por pecadores. Los operativos se enfocaron en allanar las casas de familiares y vecinos de Tovar Colina. La mayoría de las veces estas eran destruidas o desvalijadas por la GNB bajo la presunción de que fueran guaridas o “enconches” del antisocial.
Crismar Colina y Mary Colina fueron las primeras en perder sus casas, ambas eran tías de “El Picure”. Luego le siguieron Manelvis Colina y Maite Josefina Colina, hermana y madre del criminal, respectivamente.
La familia Colina tuvo que moverse entre tres casas diferentes localizadas en Concha de Mango para evitar a los cuerpos de seguridad.
Durante los allanamientos la GNB nunca dió con “El Picure” pero si con su medio hermano. Junior Tovar Márquez (23) fue abatido durante un presunto enfrentamiento ocurrido el sábado en Concha de Mango. Ese mismo día inició una operación de inteligencia.
José Antonio Tovar Colina no lo sabía, pero cuando salió el lunes del entierro de Junior, estaba bajo vigilancia. El Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional Bolivariana (CONAS) lo siguió hasta el sector Juan Ángel Bravo, en el centro del pueblo. “El Picure” había decidido “enconcharse” en la casa donde vivía Francheska Carculian, su actual pareja.
El lunes los efectivos del CONAS y del CICPC rodearon la casa amparados por la oscuridad de la noche. Cuando intentaron tumbar la puerta de una patada sonaron los tiros. Cinco disparos efectuados por José Antonio atravesaron la puerta de la casa e impactaron a uno de los comandos en la pierna.
Los funcionarios repelieron la acción y dispararon contra la casa. En el enfrentamiento cayeron todos los varones que residían en la vivienda. Cuando los funcionarios entraron a la propiedad, encontraron solo los cuerpos de todos los Ascanio y el de Borges. “El Picure” había escapado a través del techo.
Durante casi 20 horas José Antonio saltó entre los techos, muros y patios de las veinte casas ubicadas en esa cuadra del sector Juan Ángel Bravo. Los efectivos del CONAS fueron de casa en casa hasta acorralarlo en la esquina derecha de la cuadra.
Las ráfagas de disparos fueron sustituidas por las de unas fotografías. Los efectivos castrenses involucrados en el procedimiento posaron durante una hora junto al cadáver de Tovar Colina. Se realizaron selfies e incluso grabaron un video. Funcionarios ajenos al procedimiento también llegaron al sitio para retratarse con el cadáver.
Con Información de Contrapunto