El Gobernador de Miranda y líder opositor Henrique Capriles calificó este miércoles de «gigantesca estupidez» la decisión del gobierno venezolano de cerrar su frontera con Colombia durante las noches para combatir el contrabando de mercancías y gasolina.
«Creer que cerrando la frontera se resolverá el contrabando y por ende mejorará la economía es una gigantesca estupidez», escribió Capriles, goberandor de Miranda (norte) y excandidato presidencial opositor en su cuenta de la red social twitter.
El presidente Nicolás Maduro ordenó el cierre de las fronteras de Venezuela con Colombia, que se extienden a lo largo de más de 2.200 km, de las 22h00 a las 05h00 locales para impedir que contrabandistas trafiquen mercancías y gasolina desde territorio venezolano.
«Más alcabalas, más controles y por ende más corrupción no resuelven el caos económico», añadió Capriles al referirse a la complicada situación que atraviesa Venezuela, con una inflación que supera 60% anual, así lo reporta Últimas Noticias.
Maduro ha denunciado de su lado que su gobierno es objeto de una «guerra económica» y que el contrabando de alimentos y gasolina desde Venezuela forma parte de esa estrategia.
Este cierre de fronteras ha sido criticado por comerciantes y habitantes de la zona fronteriza y por el mismo gobierno colombiano, que señaló que se trata de una medida unilateral que no frenará el contrabando.
Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo, cuenta con la gasolina más barata del orbe, cotizada en unos 0,02 dólares el litro contra 1,25 en Colombia, lo que ha propiciado desde hace años un tráfico de combustibles.
El contrabando de alimentos y distintos productos desde Venezuela, muchos de ellos importados y que cuestan hasta diez veces menos que en Colombia, es alentado, señalan analistas, por el control de precios que mantiene el gobierno venezolano y el diferencial cambiario frente al dólar.
Según el gobierno venezolano, 40% de los productos básicos con precios subsidiados que se entregan a las cadenas de distribución son desviados ilegalmente a Colombia, además de gasolina equivalente a 100.000 barriles diarios de petróleo (una pérdida anual de 3.650 millones de dólares).