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¡HUNDIDOS EN SOCIALISMO! Control de cambio lleva al país a un barranco en materia económica

Ante la falta de alimentos, enceres de primera necesidad y la proliferación de colas en todos los estados del país, el economista Armando Camejo considera que nada de lo que acontece tiene que ver con los precios del petróleo, sino con el gran fallo de un modelo económico de controles por parte del Estado, impuesto por un grupo de izquierda sin rumbo “que se vendió al pueblo como su salvador” y que los ha embotellado en una crisis que empobrece a todos.

Camejo destacó que el ingreso del país por venta petrolera en el 2014 si sitúo en un promedio por barril en 85$ lo que significa un ingreso aceptable para una nación. Dejando claro, que la crisis no son los precios del petróleo sino el modelo económico de control en el que se han empeñado durante años.

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Foto: i.ytimg.com

Aseveró que cuando se refiere al modelo económico, se refiere a los dispositivos de control del Estado que se han venido imponiendo en la economía nacional. El primero de ellos es el control de cambio, mecanismo que a su juicio alimenta la corrupción como maquina traga monedas desde el propio Estado. Es decir, un medio para favorecer enriquecimientos ilícitos de aquellos que congregados al poder tiene acceso al dólar preferencial a 6,30 bolívares y donde el pueblo no tiene posibilidades. “Por esa vía se robaron 25 mil millones de dólares y no hay culpables”.

Este tipo de controles es una de las mayores distorsiones en política económica cambiaria, mencionando que lo que hay que hacer en una primera fase, es unificar las tarifas y luego desmontar el sistema perverso que tiene 12 años, “es imposible que un país pueda pilotarse económicamente con cuatro tipos de cambio uno a 6,30 otro a 12 otro a 49,99  y el último que oscila entre 185 $ y 187 $ llamado mercado paralelo, dejando en evidencia que la política cambiaria de controles y sobre-valuaciones es incorrecta”.

Una muestra de esta ilusión cambiaria, es lo que viven hoy los trabajadores, a quienes sus quincenas no les alcanza para comprar alimentos y otros bienes, a manera de ejemplo puntualiza, que una persona que gana hoy salario mínimo de Bs 4.889,11 Bs solo gana 26,14 dólares  y un educador con grado 6 y postgrado con un salario de 12.000 Bs mensuales  solo gana 64,17 dólares. Este resultado se obtiene dividiendo el total de bolívares ganados mensualmente por el trabajador y el valor del dólar paralelo que hoy se cotiza a 187 Bs.

Este ejemplo de cálculo salarial, debe dejar claro a todos, sin distingo de ideologías, una reflexión que permita ver el periplo (empobrecimiento) por el cual se transita como clase trabajadora en el país  y la nula capacidad que se tiene para ahorrar e invertir y lograr un futuro mejor, “los ingresos se convierten cada día que pasa en sal y agua por la galopante inflación y por el  terco control de cambio que se ha instaurado durante años. Esquema que no ha favorecido al pueblo sino que se ha convertido en el gran espiral de corrupción que recorre todas las instancias del gobierno y de la sociedad”.

Camejo señala que el  Banco Central de Venezuela (BCV) se ha convertido en una máquina de fabricar billetes sin respaldo productivo solo con la finalidad que el Estado cubra su exagerado gasto público. “de nada vale poner dinero en manos del pueblo sino se aumenta la cantidad de productos, al final los precios de los productos serán más altos por su escasez, que la cantidad de billetes que tiene el pueblo en su bolsillo”

El otro control en que se ha empeñado el gobierno es el de los precios de los bienes y servicios y en 12 años el resultado es que los alimentos han aumentado en 2.200% a pesar de las regulaciones. Es decir, no ha sido en nada eficiente este tipo de políticas económicas. Las regulaciones de precios lo que han traído para el pueblo es escasez, inflación, contrabando y toda una gama de ilícitos y lo que hay que hacer es que se elimine la superintendencia nacional para la defensa de los derechos socio-económicos y se incentive la producción generando confianza en los actores económicos.

“La ley de precios justos se ha convertido además  en un mamotreto jurídico que intenta derogar la ley de oferta y demanda y que simula populistamente proteger al consumidor, es la visión de un estado controlador de las cadenas de comercialización; es decir, producción, procesamiento, distribución y consumo. Cuya aplicación generan más trabas que soluciones para producir (perdidas), encarecimiento de los productos (desabastecimiento) y el limitado acceso del consumidor a productos (colas)” resaltó.

Estas condiciones demuestran que se trata de unos simples postulados de buenas intenciones, un proceso además contra-natura, pues lo normal y lo lógico es que se produzca en todos los sectores económicos y se desarrolle en el mercado del país  la ley de oferta y demanda que significa  que a mayor producción de un bien se reducen los precios al consumidor y se derrota la escasez y se fortalece la moneda. Ejemplo de esto es cuando hay mucha producción agrícola en tomate, cebolla, patilla, melón entre otros y los precios caen por el exceso de estos bienes en el mercado.

Asevera que todo éste panorama ha generado una carga de obstáculos en el aparato económico nacional. “Quien trabaja tiene derecho a vivir mejor y progresar en una sociedad y la verdad que vemos en el país  es todo lo contrario, un modelo económico de control en la sociedad empobrecedor”.

Camejo agregó, que los controles que se plantea el gobierno en el 2015 generarán que la inflación siga subiendo, los salarios sigan deteriorándose y gran parte de los venezolanos continuará moviéndose hacia la pobreza. Destacó que el deterioro fiscal del 2015 aunado al panorama macroeconómico en general adverso, unido a la paralización de varios sectores de la actividad económica, generan  más destrucción de los empleos. “Es decir, hablamos de un cuadro verdaderamente desfavorable, como nunca antes se había vivido en el país”.

El economista puntualizó que la producción nacional se encuentra arrasada por el control de cambio y los controles de precios ilógicos y las empresas que tiene ahora el Estado, obtenidas por las confiscaciones y expropiaciones, producen una porción  mínima de lo que producían. “Eso hace que cada día dependamos más de las importaciones y para importar se necesitan dólares que están escaseando en este 2015 debido a la baja de los precios del petróleo”.

El Venezolano

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