La humildad es una cualidad con la que nace todo venezolano, el sentido se hermandad en nuestra tierra se siente a donde sea que vayamos; cuando compartimos un café, cuando las señoras que ni se conocen hablan de sus nietos, cuando le cedemos el puesto a alguien, cuando ayudamos al prójimo en lo que se pueda sin esperar nada a cambio. Nos llega al corazón ver o ser parte de un acto de humildad y es algo que ha mantenido viva la calidez del venezolano desde hace mucho tiempo. Incluso hoy en día cuando el país pasa por tiempo difíciles el venezolano no duda en mostrar una sonrisa y solidarizarse con el venezolano a su lado.
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“O logras ser feliz con poco y viviendo de equipaje porque la felicidad está dentro tuyo, o no logras nada” es una de las reflexiones que nos hace llegar el carismático José “Pepe” Mujica. Mirando a cámara, solo él, reflexionando sobre la vida y la suya en particular. En los que el expresidente uruguayo explica cómo vivir modestamente. Realizado por el cineasta y artista Yann Arthus-Bertrand durante tres años reúne entrevistas realizadas a 2 mil personas, de más de 60 países.
Vea la entrevista a José «Pepe» Mujica para la película documental Human.
«Esta no es una apología de la pobreza, es una apología de la sobriedad»
Entre las observaciones y reflexiones de Mujica él expresa de cómo hoy en día “se ha inventado una sociedad de consumo y la economía tiene que crecer, porque si no crece es una tragedia.” El mismo expresidente cuenta sobre Uruguay no tiene avión presidencial y se discutió adquirir uno pero prefirieron gastarlo en un costoso helicóptero de rescate para ponerlo en medio del país al servicio de los ciudadanos uruguayos, una inversión pensando en el bienestar de su pueblo.
Algunas reflexiones que tomar en cuenta
“Darle la espalda al mundo del despilfarro y los gastos inútiles y las casas impresionantes que necesitan hasta una docena de sirvientes ¿para qué todo eso? No se precisa, se puede vivir con humildad y gastar los recursos que son importantes para la sociedad. Es el sentido republicano de la vida que se ha perdido en la política.”
“Lo que estamos gastando es tiempo de vida porque cuando compramos algo no lo compramos con dinero, lo compramos con el tiempo de vida que tuvimos que gastar para obtener ese dinero, la única cosa que no se puede comprar es la vida; la vida se gasta, y es miserable gastar la vida para perder la libertad.”
“No se puede decir que no hay recursos, los gobiernos están preocupados quien va a ganar las siguientes elecciones, pelean por el gobierno y olvidan al pueblo.”
“Se aprende del dolor, que de la bonanza. Se puede caer y poder levantar y vale la pena levantarse una y mil veces mientras uno se mantiene vivo. Dejar de luchar es dejar de soñar.”
Debemos tomar un momento de reflexión y ver cómo un hombre trabajó por y para su pueblo, sólo pensando en las necesidades y un mejor bienestar para los ciudadanos de Uruguay, incluso si los recursos escaseaban. Todos sabemos que Pepe Mujica donaba el 90% de su sueldo presidencial y sólo vivía con lo necesario. Este hombre vive en una humilde casa con su esposa y “Manuela”, su perro mascota que sólo tiene tres patas.
Esta humildad es muy difícil de encontrar en jefes de estado. Incluso en quienes dicen ser personas del pueblo, que trabajar por el bien de la sociedad, que es el pueblo quien decide el destino del país, que alega el pobre dejará de ser pobre, personas que hablan desde sus oficinas o casas con todas las comodidades y resguardadas con las fuerzas militares del país mientras deja que su prójimo pase las peores penurias; pongamos por ejemplo a los chavistas que tomaron el poder.
Hugo Chávez llegó a la presidencia en 1998 con promesas de arrasar con la pobreza y el desempleo, con darles una vida digna a todos los venezolanos por igual. 16 años después y bajo el mandato de Nicolás Maduro, Venezuela se encuentra en su peor punto en la historia.
Inflación desbordada, escasez de productos importantes, desabastecimiento, sin producción nacional concreto, una sociedad que pende de un hilo, unas elecciones parlamentarias perdidas y la inseguridad haciendo que el hampa opere casi como un segundo gobierno mientras que un porcentaje pequeño de venezolanos quienes se hacen llamar la voz del pueblo y se proclaman socialistas viven el sueño americano en Venezuela, viviendo una vida de consumos capitalista y salvaje que contradicen todo lo que dicen ser o representar haciendo cada día más obvia sus mentiras.
La humildad está en el pueblo venezolano, pero no en los corazones de quienes “gobiernan” en Venezuela.