El pan nuestro de cada día ha quedado en la oración solamente. Cada vez es más difícil para los venezolanos y en especial para los marabinos tener este alimento en su mesa, a consecuencia de la escasez de harina y el alto costo.
Las panaderías de La Curva de Molina, al oeste de Maracibo, se ajustan a los tiempos de fallas de harina de trigo para hacer el pan salado y dulce. Una vende por kilos. A mil 300 los mil gramos. Otra reduce la cantidad que ofrece con un precio por pieza a 40 bolívares. Y una tercera impone condiciones.
“Tienes que llevarte uno o dos paquetes de galletas que valen 800 bolívares cada uno”, reclamó José Bracho, consumidor.
En el perímetro del conocido territorio comercial, cada negocio adecúa la comercialización ante la inflación y especulación al precio del saco de harina. Los comercios compran a 35 mil bolívares el saco y venden el pan por balanza de costo, reseñó La Verdad.
Los consumidores sienten el impacto. Bracho acusó que por 10 panes pagó Bs. 350 y por un refresco debió pagar más de 400 bolívares. “Llevo la botella porque las galletas son muy caras. Es obligado que hay que comprar otra cosa para tener el pan”.
A unos 50 metros otra panadería ofrece a mil 300 bolívares el kilo de pan. “Es igual que todas, tienes que comprar otros productos y además tienes que hacer una cola porque hay mucha gente”, aseguró Bracho.
Las panaderías de las barriadas de El Marite, Raúl Leoni, Panamericano, Torito Fernández y vía a La Concepción, Jesús Enrique Lossada, cerraron. Yolanda Madueño, compradora, dijo que las únicas “abiertas tienen el pan a 40 bolívares”. Recordó que ese fue el último precio que pagó hace semanas por el alimento.
Ni la arepa ni el pan, ¿entonces? Déjenos sus comentarios sobre este artículo