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¡LA DESGRACIA SOCIALISTA! Cada vez más familias hurgan en la basura para llenar el estómago

Hoy el hambre rompe estómagos en toda Venezuela y se instala en sus calles. Para muchos profesionales es el engendro del chavismo que asoma sus colmillos, incluso, a plena luz del día, cuando los transeúntes se vuelven testigos de la miseria. Las esquinas, vertederos y depósitos comunes de residuos terminan siendo un mercado a cielo abierto, con despacho las 24 horas del día. La gente se mata por conseguir un resto de comida, un hueso, un pedazo de pan duro, una fruta podrida.

Créditos: Cristian Hernández/ @FORTUNECRIS

Créditos: Cristian Hernández/ @FORTUNECRIS

Son más de las 7:30 de la noche y la carrera que libran los caraqueños para guarecerse en sus hogares toma ventaja. Mientras algunos corren con pasos resueltos con dirección a la estación de Metro Parque Carabobo, otros, hombres, madres y niños hambrientos, echan mano a los desperdicios que yacen en bolsas apiladas en la acera contigua a la Panadería Safari, adyacente a la plaza Candelaria, en pleno corazón de Caracas.

Una decena de bolsas y arrendajos de sacos son la presa. Más de 20 personas hurgan el botín de basura. El bocado apremia para aplacar el ardor del estómago. Se turnan. Olfatean lo que consiguen. Los gemidos de quienes engullen pan roñoso y de los otros que se atiborran de frutas podridas y huesos de pollo. Es el desafuero del hambre que arremete contra una población que, por fuerza, salió a la calle para alimentarse de deshechos.

Algunos dicen tener más de 12 horas sin probar alimento y otros aseguran completar un día entero. Parecen zombis. Están ansiosos, descompuestos del hambre y cada vez que sacan sus brazos de las bolsas, represan las migajas en sus manos y se las llevan a la boca para devorarlas de una vez. Casi nunca tienen claro de qué se trata, solo quieren comer.

A Elizabeth, una mujer de aproximadamente 40 años de edad, la acompañan sus dos hijas pequeñas en la plaza Candelaria. Una de ellas impedida, en silla de ruedas, permanece arrinconada en un extremo y la otra, muy despierta, escarba los restos regados en el suelo desnudo y los amasa con desespero para acomodarlos en una bolsa. El varón, su hijo mayor, de 16 años de edad, se quedó en casa, en Ocumare del Tuy, y aún no sabe que su madre desbarata bolsas negras en Caracas para darle de comer. Una práctica a la que Elizabeth recurrió por primera vez en enero de este año. Tiene ocho meses en ello.

—No tengo empleo, hace mucho que no tengo uno, y nadie quiere darme trabajo. He tocado puertas en casas ajenas para planchar o lavar, pero la gente está como todo el mundo, tratando de sobrevivir —afirma mientras hunde su cabeza en una bolsa y vuelve su mirada para avisarle a su madre que también la acompaña sobre el nuevo hallazgo: una bandeja de fresas descompuestas con crema pastelera y un plato de plástico agrietado que decide llevarse a casa.

Sus brazos destilan un líquido viscoso. El jugo pestilente también corre por sus cachetes y empapa su blusa. Toda ella apesta a basura pero no lo percibe, tampoco los otros que la circundan.

El Capítulo Pobreza de la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela, un estudio realizado el año pasado por las universidades Central de Venezuela (UCV), Católica Andrés Bello (UCAB) y Simón Bolívar (USB), advierte que 2014 y 2015 han sido los peores años de contracción de ingresos que ha tenido el país. La investigación presenta datos que retratan la crisis a escala nacional: 73% de los hogares y 76% de los venezolanos están en pobreza de ingresos. Nominalmente, ello significa que en el país cerca de 23 millones de habitantes viven con escasos recursos. Y más del 80% del presupuesto familiar está destinado a la compra de alimentos.

El informe publicado en 2016 agrega que 49,9% de los hogares está en condición de pobreza extrema, frente a 23,6% en 2014. “Todos los pobres no extremos del 2014 pasaron a ser pobres extremos y la mitad de los no pobres de 2014 pasaron a ser pobres en 2015″, resume la Encovi. Ello en un país donde más de 5 millones 530 mil 486 personas desempañan actividades informales para sobrevivir, según indicaron del Instituto Nacional de Estadísticas. El sondeo sobre situación de hogares en pobreza, correspondiente al primer semestre de 2015 y publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), detalla que de 7.519.342 hogares pobres por ingresos, 33,1% se declararon pobres, lo que equivale a 2.434.035 núcleos familiares. 23,8% son pobres no extremos (1.750.665) y 9,3% pobres extremos (683.370).

Con información de El Estímulo.

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