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¡LO ÚLTIMO! Especialista: «El Estado venezolano participa directamente en el narcotráfico»

Douglas Farah, presidente de la consultora IBI y miembro del Centro de Asesoramiento y Estrategia Internacional, afirmó ante los legisladores estadounidenses, cuando el presidente Barack Obama decretó a Venezuela una «amenaza para la seguridad», que en el país existía un crimen organizado liderado por la alta cúpula del gobierno, con vínculos directos con grupos delictivos transnacionales y las relaciones con Irán y Argentina.

En una entrevista exclusiva con El Observador, Farah explicó detalladamente cuáles serían estos y por qué la insistencia de Estados Unidos en mantener a Venezuela en la mira. ¡Continúe leyendo!

Créditos: Prensa Presidencial

Créditos: Prensa Presidencial

En su comparecencia ante el Congreso estadounidense usted afirmó que el Estado venezolano esponsorea el crimen y tiene vínculos con organizaciones terroristas. ¿A qué se refiere?

Quiero decir que el Estado, como tal, directamente participa en actividades criminales y en el apoyo a terroristas, principalmente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Hezbollah iraní. Participa de modo directo en el narcotráfico, esa es la principal actividad criminal. Algunos altos mandos del gobierno venezolano participan de modo directo en esta actividad criminal, que tiene protección pública.

¿Cómo ha evolucionado esta situación tras la muerte de Hugo Chávez y la llegada al poder de Nicolás Maduro?

Últimamente las autoridades nacionales se han involucrado más en el tráfico de cocaína, dado que las rentas por petróleo y otras fuentes de ingresos están cayendo y necesitan ingresos de modo desesperado. Creo que la relación institucional –de gobierno– con Hezbollah y con Irán se ha enfriado, y las FARC están ahora en otra dinámica con su proceso de paz. Así que la relación ahora pasa más por el crimen y tal vez menos por el terrorismo.

¿Por qué Venezuela tendría interés en introducir a Irán y a Rusia en la región?

Porque Hugo Chávez y el liderazgo iraní, especialmente el expresidente Mahmud Ahmadineyad, compartían la convicción profunda de que la revolución bolivariana y la iraní tienen un mismo fin: un nuevo orden mundial donde el “imperio”, o EEUU, esté herido de muerte y no sea una superpotencia. Desarrollaron una doctrina común de Guerra Periférica donde dejaron explícita su predisposición a usar armas de destrucción masiva contra EEUU. A su modo de ver, es una alianza antiimperialista.

Rusia sigue la misma lógica y en América Latina la “antigua izquierda” –la que impulsó la insurrección armada, no la izquierda democrática moderna– siente nostalgia por la ex Unión Soviética. Esto le ha dado a Rusia una entrada y, como tiene armas que son bienvenidas por estos grupos, se vuelve a entusiasmar con su influencia en la región.

Ante el Congreso, usted aseguró que Venezuela era un puente entre Irán y Argentina. ¿Por qué Caracas tendría semejante interés? ¿Cómo funcionó ese puente?

El gobierno de Fernández de Kirchner, y Cristina misma, se movió muy cerca de Chávez una vez que Néstor Kirchner falleció. Los iraníes le pidieron a Chávez que consiguiera que Argentina los ayudara con su plan nuclear. ¿Por qué? Porque antes de los bombardeos de la AMIA en 1994, el principal socio en materia nuclear de Irán era Argentina. La decisión del entonces mandatario Carlos Saúl Menem de cortar en 1992 con esa cooperación (para la que EEUU y Europa presionaron) fue, según la investigación del fallecido fiscal Alberto Nisman, “un factor detonante” del atentado a la AMIA en 1994. Entonces, Irán necesitaba ayuda y sabía que había un país que ya conocía su tecnología, Argentina. Al mismo tiempo, Argentina padecía una crisis energética y necesitaba petróleo de modo desesperado. Irán tenía petróleo pero no lo podía vender por las sanciones. Estaban dadas las condiciones para una hermosa relación.

¿Cuál es la evidencia del apoyo del gobierno de Venezuela al grupo terrorista Hezbollah? ¿Y de los vínculos entre ese grupo y las FARC, y entre las FARC y Venezuela?

Hay muchos casos judiciales ya resueltos que arrojan muchísima información sobre el modo en que Hezbollah y las FARC hacen negocios juntos. La Operación Titán y el Banco Canadiense Libanés son dos ejemplos. También hay importantes testimonios de antiguos chavistas, declaraciones de muchos diplomáticos e investigaciones periodísticas sobre los vínculos del gobierno con esa agrupación extremista. Antonio Salas, el periodista español que escribió el libro El Palestino luego de haberse infiltrado para investigar estos asuntos, divulgó mucho material sobre esto también.

Nexo confirmado por exchavistas


Tres exintegrantes del círculo íntimo del gobierno de Hugo Chávez revelaron hace pocas semanas que el presidente venezolano facilitó dinero de Irán a Argentina. Los políticos hablaron por separado ante la revista brasileña Veja y dieron la misma información: que en enero de 2007 hubo un pacto entre Chávez y el mandatario iraní Mahmud Ahmadineyad por el cual Venezuela entregaría fondos de Irán a funcionarios argentinos. La contrapartida exigida por Teherán era que Argentina encubriera el rol de ese país en el atentado de la AMIA y que compartiera “su larga experiencia en reactores nucleares de agua pesada”, según Veja.

Con información de El Observador.

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