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¿MUJERES AL PODER? Cilia Flores y Lilian Tintori podrían «pelearse» la presidencia de Venezuela

¡Lilian y Cilia…! Las posibilidades de afrontar un evento electoral presidencial antes de 2018 no son ninguna novedad y no sería la primera vez que una mujer aspira a la silla de Miraflores. Las mujeres han demostrado hace rato no ser el sexo débil.
Como la última campaña electoral estuvo llena de canciones, ojitos y manitos; deseo presentar la canción que hace juego con una probable batalla presidencial en Venezuela. Y dice así: Cualquiera de las dos podría ganar, ser coronada Presidenta de Venezuela y así su sueño realizar.

Cilia-Flores-vs-Lilian-Tintori

En el contexto político actual que vivimos en el chavismo con una crisis económica que lo debilita electoralmente sin que hasta ahora aparezca una reacción del gobierno para frenar esa tendencia comprobada el 6-D, podríamos decir que ver al Presidente concluir cómodamente su mandato no está garantizado.

La mayor amenaza contra Nicolás no proviene de un golpe de Estado o una invasión militar del temible imperio de los Estados Unidos (cuyas visas son extrañamente codiciadas por muchos burócratas pseudorevolucionarios), sino de una consulta electoral sobrevenida en 2016 donde el gobierno podría sufrir otra derrota como la ocurrida en las elecciones parlamentarias de 2015.

Si todo sigue igual de mal en la economía (y es seguro que el petróleo no nos a va a salvar), entonces sea por vía de referéndum revocatorio o de Asamblea Constituyente, la oposición tiene la primera opción de volver a capitalizar con votos el descontento popular por la grave y creciente escasez de alimentos, medicamentos y otros productos vitales. No importa si se llama guerra económica o economía de guerra. Da lo mismo.

Si se traba la litis como decimos los abogados, o sea, si tales elecciones se convocan (dos tercios de la Asamblea Nacional pueden llamar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna y forzar elecciones para renovar los cinco poderes públicos), pues dos mujeres son las principales figuras presidenciables en Venezuela.

Por un lado, Cilia Flores, quien ya en la práctica ejerce grandes responsabilidades e influencia en el máximo nivel del poder público nacional; y por otro lado Lilian Tintori quien a paso firme se ha consolidado como una referencia fundamental de la fuerza opositora dentro y fuera de nuestro país.

Nuestra hipótesis posee abundantes basamentos para sostenerse: en un eventual escenario de mayor desgaste del primer mandatario sería factible un intento de golpe de timón, rectificación, nueva etapa, reimpulso, rescate del legado de Chávez o cualquier otra consigna de mercadeo electoral oficialista que estaría representada por la imagen de Flores.

La combatiente es una figura que el pueblo conoce desde el inicio del gobierno de Hugo Chávez y que introdujo al propio Nicolás al estrecho círculo de colaboradores del por aquella fecha jefe nacional del MBR 200.

La maniobra de lanzar mujeres al poder no es nueva, ha sido instrumentada como comodín político de sus maridos, partidos, grupos económicos y otros patrocinantes. No es casualidad que en la actualidad la gringa Hillary Clinton, la esposa de Bill, luzca hoy encaminada a ganar la contienda por la Casa Blanca que se definirá en 2016.

Es decir, si el hombre no llega a la meta o simplemente se agota, allí está la mujer para asumir la crisis con su liderazgo.

En el siglo XXI, las damas son mucho más que una segunda opción para manejar el poder, son más bien la esperanza de un país cuando los hombres fallamos o surgen obstáculos insuperables.

En el caso de Tintori, su ascenso a la popularidad ha sido mucho más acelerado que el de Flores. Para la joven rubia todo comenzó con el encarcelamiento de su marido Leopoldo López. Si bien su liderazgo no ha sido construido por su acción propia, ella ha heredado la banda de candidata presidencial por «cortesía» de la Embajada de Estados Unidos, de modo que el resultado es el mismo: la chica es presidenciable.

Sin la presencia de una máquina carismática de ganar elecciones como fue Hugo Chávez, el juego electoral está totalmente abierto. Tanto gobierno como oposición saben que la crisis económica es el factor que decidirá cualquier proceso electoral en Venezuela en los meses futuros. Todo lo demás es secundario, tanto la fraseología histórica invocada por el Gobierno en su propaganda como el drama de los presos políticos que invoca la MUD donde muchos dirigentes que se dan golpes de pecho no desean ver en libertad a sus rivales directos (Es contigo Capriles).

El duelo Flores vs Tintori sería inédito en un país machista donde la inteligencia y liderazgo femeninos suelen ser subestimados. Sólo Irene Sáez y MarÍa Corona Machado han lucido en algún momento como opciones presidenciales creíbles. Pero Sáez fue malograda por COPEI quien destruyó la buena imagen de alcaldesa independiente que favorecía a la ex Miss Universo. Mientras que Machado resultó herida por la espalda en ese saco de gatos y traiciones que se hace llamar la MUD (donde varios son patriotas cooperantes y cobran en dos taquillas).

Flores tiene a su favor la experiencia de una década en el ejercicio pragmático del poder en máximas esferas y una imagen de mujer del pueblo que es fiel a sus raíces sociales. No es individuo de número en academias pero sabe mover piezas de ajedrez político. Es un tanque que no pierde espacios, sino que cada día se anexa más.

Tintori tiene de su lado la juventud y una cara fácil para los laboratorios de propaganda occidental. Pero lo más importante es que está aprobada por Washington y es la nueva beneficiaria del poderoso lobby internacional que aupaba a Leopoldo. Ella es el «trademark» de la Mejor Venezuela.

Sin más adornos, Flores vs Tintori, encarnan la batalla entre la humilde abogada nacida en Cojedes versus la sifrina campeona de windsurf y flamante instructora de Pilates. Un impredecible pleito electoral entre la Primera Combatiente que muchos acusan de mandar sobre su marido y la ex modelo de revistas a quien electoralmente le dicen: «dale que tu marido está preso».

Flores y Tintori son hoy las dos mujeres más poderosas de Venezuela aunque el poder de las mujeres abarca no sólo la política sino muchas otras disciplinas de la sociedad.

 

Por Jesús Manuel Silva Vía Tal Cual

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