En la antigua Unión Soviética, las largas colas y anaqueles vacíos solo evidenciaban el hambre y la necesidad de la población. La gran federación comunista usaba las colas como mecanismo de control de un pueblo que se enfilaba para conseguir un pedazo de pan. Además, eran el símbolo de la sociedad comunista improductiva que se inmovilizaba en interminables filas a la espera de la dádiva gubernamental que le permitiera mitigar los estragos de su estómago.
Foto: La Patilla.
En Venezuela, la situación no es muy diferente, hay hambre y en los anaqueles de los supermercados ruedan las bolas de paja porque comida…comida no hay.
Pero el comunismo es creativo y siempre busca maneras de engañar a las personas y hacerles crear que la cosa no es como la pintan. Para ello, el gobierno venezolano ha usado la práctica de tomar unos pocos productos y distribuirlos en el anaquel de un pasillo entero para hacer parecer que no hay escasez y que en realidad hay tanta comida que podemos alimentar a 3 naciones, como dijo Delcy.
A continuación unas imágenes del Abasto Bicentenario ubicado en San Bernardino, Caracas, donde se pueden observar anaqueles repletos solo con detergente y panettone (que al parecer sobró de diciembre pasado).
Foto: La Patilla.
Foto: La Patilla.
Foto: La Patilla.
¿Cuántos tipos de productos ve usted en estas imágenes? No olvide dejar sus comentarios.
Con aporte de Pan Caliente.