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¡QUE SE VAYA! Maura a Maduro: «Ha llegado el momento de dejar en libertad a venezolanos”

Fernando Maura Barandiarán, miembro del Consejo de Dirección y responsable de Política Internacional del partido Unión Progreso y Democracia (UPyD), ha resultado electo como Eurodiputado durante las elecciones europeas celebradas a finales de mayo. Un cargo desde el que buscará “librar la batalla por la democracia desaparecida en países como Venezuela”. El corresponsal en Madrid de Informe21, José A. Puglisi, ha conversado con Maura para conocer cómo, desde el Parlamento Europeo, se plantean soluciones a la compleja situación política venezolana.

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El Eurodiputado por Unión Progreso y Democracia (UPyD), Fernando Maura Barandiarán, entra al ruedo de la entrevista con un elegante saludo y sonrisa segura. Su afición taurina le ha servido de inspiración, al parecer, para afrontar su faceta más mediática. Atento, escucha la pregunta y, con su capote, comprueba la fuerza de la primera embestida, a la vez que se toma unos segundos para responder con total tranquilidad. “No se trata de una nueva iniciativa la lucha por la democracia venezolana, sino de la continuidad de una política tradicional de UPyD”.

Sin titubear, Maura ejecuta Verónicas sin complicaciones y, en algunas ocasiones, hasta se aprovecha de la situación para clavar una banderilla sobre el lomo de los autoritarismos. “Los regímenes dictatoriales siempre consideran que las posiciones que podamos tener otros son injerencia. Yo no gastaría ni un segundo en desmentir este tipo de afirmaciones”. Una habilidad de la que tampoco se salvan sus contrincantes políticos: “estamos ante el programa de un Gobierno cobarde que permite que España esté dispuesta a abolir la justicia universal sobre la base de evitar incomodar a otros regímenes políticos”.

Maura, también miembro del Consejo de Dirección y responsable de Política Internacional de UPyD, llega al final de la entrevista con el traje de luces intacto y, sin muleta, se lanza a matar en la última respuesta. “Yo, de forma personal, le diría a Nicolás Maduro que recoja los papeles de su escritorio y haga las maletas”.

Durante su candidatura a las elecciones europeas prometió llevar la batalla por la democracia venezolana al Parlamento Europeo, ¿cuándo está previsto que se dé este primer paso?

No se trata de una nueva iniciativa la lucha por la democracia venezolana, sino de la continuidad de una política tradicional de UPyD. Nosotros apuntamos a las cosas difíciles y al rescate de los valores democráticos que, lamentablemente, se han venido perdiendo, por ejemplo, en Venezuela, Cuba o Guinea Ecuatorial.

Causas que no importan porque los intereses prevalecen sobre los valores y porque hay intereses particulares de algunas empresas o gobiernos. Sin embargo, nosotros creemos que, en la medida que queremos vivir en democracia, también debemos querer que los demás países disfruten de una democracia.

El Parlamento Europeo se pronunció el pasado 27 de febrero contra la represión del gobierno de Maduro sin conllevar a ningún cambio significativo, ¿qué se buscará lograr desde esta institución europea?

El Parlamento Europeo tiene una función muy importante, sobre todo, si es capaz de construir una política exterior que esté basada más en valores que en intereses. Hasta ahora, lo que tenemos en el Parlamento Europeo son 28 políticas exteriores y, en esta legislatura, tenemos que intentar, en la medida de lo posible, alcanzar una política común exterior.

La política común exterior no puede ser una en la que Europa ―que ha sido valedora de los Derechos Humanos y democráticos, así como la cuna de los derechos del hombre y de los ciudadanos― quiera que los valores, principios y libertad democrática estén por debajo de los intereses.

Si logramos construir una política común exterior que sea capaz de combinar valores e intereses los resultados serán inmediatos. Por ejemplo, ante países como Venezuela o Cuba, donde existen constantes violaciones a los Derechos Humanos, seríamos capaces de poder plantear una estrategia común de enfrentamiento a esos regímenes que no son capaces de establecer un mínimo de respeto a los Derechos Humanos, así como a los tratados que han firmado y que dicen respetar en sus ordenamientos.

¿Considera que estas políticas podrían ser calificadas por otros países como injerencia extranjera?

Los regímenes dictatoriales o paraditactoriales siempre consideran que las posiciones que podamos tener otros con su forma de entender las cosas son injerencia. Yo no gastaría ni un segundo en desmentir este tipo de afirmaciones. A mí me parece que, en un mundo global, la figura de los derechos del hombre y del ciudadano preocupa internacionalmente.

A quienes les parezca una injerencia, yo les tendría que contestar que hagan las cosas bien, acorde con su propia Constitución y los tratados que firman, respetando algo que es muy básico.

¿Ha recibido algún reclamo o presión desde la Embajada de Venezuela ante su postura?

Con nosotros no, pero será seguramente porque nos dan por imposible.

¿Considera que la crítica al gobierno de Venezuela puede traducirse en presiones o expropiaciones contra empresas españolas en la nación latinoamericana?

Es un tema importante, ya que parece que los intereses españoles son intereses de empresa y, si bien nuestras compañías están haciendo negocios en todo el mundo, esto no puede estar desvinculado de los valores de la política exterior.

Incluso, desde el punto de vista estratégico, cualquier inversión y negocio debe basarse en la estabilidad de los regímenes políticos. Una estabilidad que, evidentemente, se encuentra mucho más cercana en un sistema democrático, donde funciona, entre otras cosas, el respeto a la Ley. En un sistema dictatorial, la Ley depende de la voluntad del dictador. La ley en Venezuela, por ejemplo, depende de la voluntad del dictador y no hay una fijeza o una estabilidad que beneficie el interés de las empresas para invertir.

A empresas privadas, empresas públicas y, por supuesto, a gobiernos les interesa apoyar una verdadera democracia en Venezuela, ya que es la única manera de garantizar que las inversiones tengan una estabilidad.

La medida de apoyar a la oposición venezolana ha sido aplaudida por el famoso escritor Mario Vargas Llosa, ¿cómo se sintió al leer la carta de apoyo que les remitió?

Yo tengo con Mario Vargas Llosa una deuda de gratitud en todos los aspectos, tanto desde el punto de vista político, como intelectual e ideológico. Él es un paradigma de lo que significa el compromiso político, un compromiso que, muchas veces, es incomprendido al pensarse que la cultura, para que realmente sea cultura, tiene que venir de izquierdas.

Entre las víctimas de las represiones del gobierno de Venezuela hay ciudadanos de origen español, ¿se tomarán medidas para esclarecer estos casos y sancionar a los implicados?

Es una pregunta interesante, ya que estamos ante el programa de un Gobierno cobarde que permite que España esté dispuesta a abolir la justicia universal sobre la base de evitar incomodar a otros regímenes políticos, hasta el punto de que la legislación en España se hace desde otros sitios.

Un Gobierno cobarde que no soporta una idea de justicia y que incluso afecta a sus propios ciudadanos. Estamos en un mundo que requiere de arrojo y de valentía para acometer ese tipo de situaciones y proteger al ciudadano español.

Camino a Bruselas

¿Qué mensaje le envía a la población venezolana radicada en España?

Que permanezcan unidos y no pierdan la capacidad para organizarse y hacer cosas. Deben de mantener vigente su vínculo con quienes siguen en el país.

¿Quién le parece la persona idónea para liderar Venezuela?

Debe disculparme, pero no le puedo responder. Esa es una decisión que sólo pueden tomar los venezolanos a través de unas elecciones transparentes.

¿Qué opina sobre quienes respaldan al gobierno de Maduro desde España?

Yo quiero respetar las opiniones de todos, pero el respeto no equivale a la comprensión. Yo no comprendo cómo una persona puede apoyar un gobierno que, cada vez más, atenta contra los Derechos Humanos y la democracia. No podemos exigir vivir en una democracia y con unas garantías y esperar que los demás nos las tengan.

¿Qué le diría a Nicolás Maduro?

Yo, de forma personal, le diría a Nicolás Maduro que recoja los papeles de su escritorio y haga las maletas. Que ha llegado el momento de dejar a los venezolanos en libertad para que escojan su propio camino, reseñó el portal de noticiasaldiayalahora.co.

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