Quien ahora es el Vicepresidente de una República con más de 3 millones de empleados públicos y una inamovilidad laboral que seguirá vigente hasta 2018, defendía en los años 90 cuando asumió la Alcaldía de Caracas la reducción de personal en pro de la eficiencia, apoyaba las privatizaciones, los despidos masivos y le parecía escandaloso «EL GIGANTISMO» del estado. «He bajado 23% de la nómina», decía orgulloso en la televisión.
También Istúriz, quien antes de ser chavista era adeco, decía que no se puede gobernar con demagogia sino con responsabilidad, y llamaba a afrontar «el problema burocrático», el mismo que hoy en día reina en el Gobierno de Nicolás Maduro, y que al momento de designarlo vicepresidente ejecutivo decidió además crear nuevos ministerios sumados a los tantos que ya existen.
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«Yo creo que hay que ir contra esa estructura populista, de dádiva, de agencia de colocación, a un criterio gerencial», decía el ahora Vicepresidente de un gobierno que regala taxis para buscar apoyos electorales. Además, entonces defendía dar servicios públicos en concesión a empresas privadas, como el aseo urbano o el servicio de gas, porque eran necesarias «gerencias y no estructuras clientelares». Sin embargo, ahora está casi a la cabeza de un gobierno que ha estatizado todos los servicios públicos y se ha introducido como actor y competidor en cuanto negocio funciona en el país.
Aristóbulo vs. Aristóbulo: Criticaba las «dádivas y el populismo», además de la burocracia.
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Vía Tal Cual.