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¡SALUD EN CAOS! Pacientes pagan la cuenta por colapso del sistema de salud en Venezuela

Venezuela es hoy el país de América Latina donde las personas tienen que pagar de su propio bolsillo el más alto porcentaje por servicios de salud, mientras el sistema asistencial está en situación crítica, con una escasez de medicinas e insumos superior al 60%; deterioro de los hospitales; gasto público mal ejecutado, éxodo de profesionales de la salud, y el regreso de enfermedades endémicas y epidémicas que están provocando aumentos de los índices de mortalidad, coinciden varios especialistas.

CDI

Los principales indicadores de estos servicios desnudan el deterioro en los últimos 15 años de una dura realidad que desafía el discurso impuesto por la hegemonía comunicacional del chavismo, según datos verificables y pese al cerco informativo impuesto por el gobierno de Nicolás Maduro, así publica el portal El Estímulo.

“Ciertamente las estadísticas se han convertido como en un hueco negro. Pero a pesar de eso tenemos cifras que podemos contrastar”, señala para Elestimulo.com el experto Pedro del Médico, consultor en temas de salud, ex presidente de la Asociación de Clínicas y Hospitales de Venezuela y ex director del hospital Vargas y de la policlínica Metropolitana.

El sistema de salud no es una isla y en los últimos años su situación ha tendido a agravarse de forma evidente junto con el deterioro general de la economía, observa.

La crisis se extiende al sector de salud privado que debe ser complementario, y clínicas están reportando la falta de equipos, tecnologías y medicinas.

El cuadro además se complica por la diáspora de profesionales de la salud, desde médicos, enfermeras, técnicos hasta profesores universitarios que se han ido del país buscando mejores condiciones económicas, sociales y de seguridad personal.

España es uno de los países donde mayor aceptación han tenido nuestros médicos, pero con la saturación de ese mercado y la crisis económica allá, ahora han optado por otros países de América Latina, especialmente Chile, Argentina y Ecuador, donde acuerdos como el Andrés Bello les permite resolver más fácilmente el tema de las reválidas.

“Hay sólo 22.000 camas funcionales de las 31.000 del sistema de salud público. Las otras están cerradas porque no hay quien las atienda, no hay insumos, servicios o nadie se ha postulado como candidato a postgrados. Vamos a sufrir una crisis sanitaria peor a la vuelta de los años por falta de especialistas. La red de Sociedades Científicas ha dado por llamar esto crisis humanitaria en salud”, sintetizó del Médico.

Según las cifras más actualizadas, el sueldo promedio de un médico en el exterior está en unos $5.000 mensuales, al cambio es muchísimo más de lo que ganaría en Venezuela, donde un jefe de servicio de un hospital, con postgrado, no llega a ganar más de 15.000 a 18.000 bolívares por mes, dijo del Médico. Al tipo de cambio Simadi actual eso es menos de 100 dólares.

Mientras tanto, el gobierno ha estimulado la formación de “médicos integrales comunitarios” que es como una carrera de medicina mucho más reducida, más bien vinculada originalmente a la prevención. Salen graduados en tres años, comparado con seis años y medio de un médico de las universidades tradicionales. “Se ha desvirtuado hasta tal punto que están entrando a los postgrados sin tener la preparación adecuada. La medicina es un arte y una ciencia”, se queja del Médico.

También han naufragado programas emblemáticos que en su momento le dieron muchos votos al ex presidente Hugo Chávez, como Barrio Adentro, un sistema paralelo manejado por médicos cubanos, muchos de ellos ya han abandonado el país, afirmó.

Según se constata en la Memoria y Cuenta del ministerio de Salud de 2014 todos los indicadores de Barrio Adentro han venido en picada.

Por el lado de la crisis económica, la escasez de dólares golpea con fuerza toda la cadena en un país que produce sólo 15% de los implementos e insumos. Del lado de las clínicas privadas se reportan deudas por encima de $1.000 millones con proveedores en el extranjero y hay un cierre de las líneas de crédito. Máquinas y aparatos dañados por falta de repuestos no pueden ser recuperados. La escasez se extiende a reactivos y a terapias para pacientes con cáncer o HIV, denuncia del Médico sintetizando reportes de gremios del sector.

Algunas prácticas médicas se han ido 40 años atrás. Por ejemplo se recurren a cirugías abiertas que inmovilizan a un paciente 40 días porque no hay insumos para recurrir a las moderna laparoscopias, señala.

El país no va a lograr cumplir las Metas del Milenio en tres requisitos básicos: mortalidad materna, mortalidad infantil y epidemias. “A pesar de lo que hagan por ocultar las cifras las personas lo sufren y lo saben”, agregó.

El también médico Marino González, experto en políticas públicas con PhD en la Universidad de Pittsburgh y profesor de la Universidad Simón Bolívar, advierte que “Venezuela tiene uno de los sistemas de salud de peor desempeño de América Latina y el Caribe”.

“Es una constante en muchas áreas, en temas por ejemplo que tienen que ver con la salud y las madres, en Venezuela ha aumentado la mortalidad materna en 40% entre 1998 y 2011 que son las últimas cifras disponibles. En mortalidad infantil estamos estancados, tenemos el triple que en países como Chile”, señaló.

Enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes se encuentran en fase de crecimiento y se suman problemas de dolencias epidémicas como malaria.

“El año pasado ha debido ser el de mayor número de casos de malaria en toda la historia del país. Superando a 2013 que había sido el mayor”, afirmó González.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud en el Informe Mundial sobre el Paludismo 2014, Venezuela registró 78.000 casos en 2013, contra 29.000 en 2000. Este país es el único de la región donde los casos han ido en franca alza.

El discurso oficial habla de avances, de grandes inversiones sociales, de logros en nombre de una supuesta revolución.

“El gobierno en el caso de la salud habla de indicadores de servicios. Por ejemplo el número de consultas o atendidas en tal o cual servicio. Pero hoy en día cuando hablamos de salud hablamos es de resultados y Venezuela tiene uno de los peores récords de cobertura de inmunizaciones de América Latina”, afirma González citando datos de la Organización Panamericana de la Salud.

“Hoy en día las mujeres embarazadas venezolanas tienen más riesgo de morir por eventos relacionados con el embarazo y el parto que en 1998. Eso es indudable”, afirmó.

Sobre Barrio Adentro señala que entre 2006 y 2007 esa misión social alcanzaba a 40% de la población venezolana pero ya para 2011 había caído a 25% y según una reciente encuesta de las universidades Central, Católica y Simón Bolívar sobre la situación social de los venezolanos, ha disminuido hasta 18%.

Según la Memoria y Cuenta del ministerio de Salud, los 10 proyectos principales de Barrio Adentro tuvieron una asignación de Bs 39.617 millones en 2014, casi la mitad de todo el presupuesto del ministerio de Salud.

Pero el número de centros dotados e inaugurados que ya había caído a tres en 2013, apenas subió a seis en 2014, contra 212 en 2006 y 39 en 2010.

La categoría “vidas salvadas” de los CDI -que según especialistas no existe como indicador de gestión en ninguna otra parte del mundo- cayó a 6.099 en Barrio Adentro II en 2014, contra 451.100 en 2009 y 160.000 en 2010.

Barrio Adentro I sólo salvó 131 vidas en 2014, contra 219.361 en 2009 y 4.730 en 2011, según los datos oficiales. Barrio Adentro II reporta 12,8 millones de consultas en 2014, contra 77,5 millones en 2010.

“En términos generales, durante el ejercicio fiscal 2014, el Estado profundizó la inversión en el sector salud” y el ministerio alcanzó un presupuesto de Bs 86.023 millones, “lo que permitió atender las necesidades de la población venezolana en medio de condiciones adversas”, señala en la presentación de la memoria y cuenta la ex ministra Nancy Pérez Sierra. Ella sólo duró seis meses en el cargo, antes de ser sustituida por el diputado Henry Ventura, el cuarto ministro de Maduro en el área en dos años.

Por el despacho han pasado 13 ministros en 16 años de gobierno chavista.

“La inversión relacionada con la misión Barrio Adentro ha decrecido históricamente como toda la inversión social del país”, y esto se ha agravado por el abandono de los dispensarios por parte de médicos cubanos que se han ido del país, observa Marino González.

“Venezuela es el país de América Latina que tiene el mayor gasto del bolsillo de las personas en el gasto total de salud”, no es el Estado el que paga la mayor parte de la cuenta, señala.

Según se corrobora con datos de la OMS, 62% de todo lo que se gasta en salud para el año 2012 provino del bolsillo de las personas. En economías desarrolladas no pasa del 7% u 8% del total, en Colombia es de menos de 20% y en Uruguay cerca de eso.

Ese gasto incluye lo que pagan las personas justamente porque Venezuela tiene uno de los menores porcentajes de cobertura de seguros de salud.

“En Venezuela entre 50% y 55% de la población no tiene cobertura de seguros de salud. Si le pasa algo, un infarto, no puede invocar una relación directa para ser atendido de la manera urgente o ambulatoria”, señaló.

Muchos tienen que recurrir a sus prestaciones sociales, cajas de ahorro, o préstamos familiares y amigos para pagar o completar sus cuentas médicas. Además de cada 100 bolívares en medicinas el paciente o sus familiares deben pagar 80, junto con jeringas, sábanas y centros de cama en los hospitales.

González, quien tiene especializaciones en Economía y fue director de políticas sociales del ministerio de Planificación antes de la era chavista, observa que la base de todo este deterioro está en el empobrecimiento general de las familias.

“La pobreza medida en términos de ingreso es mayor a la que se tenía en 1998. Prácticamente la mitad de la población está en situación de pobreza y de esa 23% en situación de pobreza extrema. Eso significa que no tienen los recursos para comprar la comida para todos los días. Por supuesto, los efectos en nutrición, salud, educación, salud y protección social son importantísimos”, señaló citando resultados de la encuesta de las tres universidades.

“En Venezuela, en salud, entre 80% y  85% de todos los servicios están en la esfera del Estado y ¬ todo lo que tiene que ver con la atención materna de enfermedades endémicas y de enfermedades crónicas está en su peor nivel históricamente en el país”, afirma.

“Prácticamente el sector público ha abandonado a la buena de dios a la mayoría de los venezolanos, cuando no les da la garantía de los servicios de salud que aparecen consagrados en la Constitución Nacional”, señala.

González pronostica más efectos futuros.

Por ejemplo, 30% de la población puede que tenga hipertensión, solamente 11% del total sabe que sufre de hipertensión, una enfermedad que mata a unos 25.000 por año. Es un porcentaje muy grande y si esa persona no consigue medicamentos aumenta el riesgo de sufrir un ACV y un infarto.

La escasez de medicinas también está asociada a precios regulados, a niveles irrisorios, lo que estimula el contrabando y la reventa.

A comienzos de año la Sociedad Venezolana de Salud Pública y Red Defendamos la Epidemiología Nacional levantó nuevas luces de alerta en un comunicado en el que advierte: “Los indicadores de gestión, eficiencia y calidad hospitalarios muestran un grave deterioro cuantitativo y cualitativo inaceptable, si se compara con estándares nacionales e internacionales”.

La deuda de intervenciones quirúrgicas pendientes en los hospitales públicos es superior a 350.000, entre 2007 y 2013. Para subsanarlas el gobierno propuso en 2013, “micromisiones” que solo produjeron “microresultados” y alcanzaron a solventar el 3% del déficit acumulado”, según el texto.

Advertían que el sector farmacéutico arrastra una deuda estimada en $3.000 millones y un “default comercial”, por lo que la importación de nuevos productos para atender la demanda de medicamentos durante 2014 y 2015 se ha visto restringida “a solo una tercera parte de lo requerido” mientras los proveedores han respondido suspendiendo las líneas de crédito y exigiendo condiciones de pago sin plazo.

A esto se suma otra deuda, pero por Bs 6.000 millones del Estado por servicios médicos prestados por los hospitales y clínicas privadas a entidades del sector público agrupadas. Este impago pone en peligro la viabilidad y el equilibrio financiero de las instituciones de salud privadas, señalan los expertos.

“En suma, todo el sistema de salud está condenado a un colapso progresivo de los servicios asistenciales, por agotamiento y no reposición de los inventarios”, afirman.

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