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¡SE NOS QUEDA SOLO EL PAÍS! Maiquetía, un lugar de lágrimas, despedidas y sueños por nacer

Maiquetía ya no es el «portal mágico» para unas vacaciones increíbles en otro país, o esa puerta que llevaba a un viaje de negocios, placer o de visita familiar, pero que después te esperaba abierta a tu regreso a Venezuela. No, el aeropuerto Simón Bolivar de Maiquetía es actualmente la sucursal más grande de despedidas en Venezuela.

El suelo de Cruz Diez se convirtió en un ícono, en una señal de «me voy, no porque quiera, pero si porque lo necesito». El mosaico se ha convertido en el último recuerdo de muchos Venezolanos que se van en busca de una nueva vida lejos de aquí, pero que sin duda, llevan a Venezuela en el corazón.

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Son decenas y decenas las personas que desde el interior confluyen en el Aeropuerto internacional “Simón Bolívar”, ubicado en el estado Vargas, con intenciones de emigrar, debido a múltiples situaciones, estudio, trabajo, visita o simplemente probar al trascender la frontera.

Fotografías virales en las redes sociales

Nunca antes la monocromía de Carlos Cruz-Diez había sido tan viral. En las redes sociales los viajeros postean sus respectivas fotos antes de tomar el vuelo, para dejar constancia fotográfica del momento, o quizá para exteriorizar ese cúmulo de emociones inexplicables que te oprimen el pecho justo antes de despedirte de los tuyos.

En Maiquetía hasta la algarabía ha cambiado, ha mutado. El movimiento típico del aeropuerto parece ser el mismo, en cuanto a logística, pero no en cuanto a los pasajeros.

Ya sabes, ¡no te olvides de traerme lo que te pedí!”. “Me llamas al llegar”. “Nos vemos en un mes”. “No llores vale, que son 15 días nada más”. Esas frases tan comunes han ido siendo sustituidas por abrazos interminables en la puerta de inmigración, por silencios y llantos que gritan verdades como “No quiero que te vayas, pero es lo mejor”. “Nos vemos pronto, haré lo posible para visitarte”.

Y nunca falta la inocente pregunta infantil, ¿Cuándo vienes? ¿Vas a durar mucho allá?A lo que los adultos responden con un indulgente ¡Pronto, ya vas a ver! Cuando la verdad es que nadie sabe exactamente qué cantidad de días, meses o años tendrían que pasar para ver cara a cara a esa persona que nostálgica aprieta contra el pecho sus documentos antes de marcharse.

Complicidad, ojos aguarapados. ¿No se te quedó ningún papel? ¿Llevas los dólares bien guardados? Muchas maletas y pocas ganas de dejar a los seres queridos. Pocas palabras y demasiadas miradas, evasivas y quebrantadas, de padres que ven a sus hijos partir, de hermanos, amigos, primos que se deciden por desplazarse a otras tierras.

Múltiples son los destinos y uno sólo el anhelo: “surgir” en el amplio sentido de la palabra. Progresar profesional y académicamente, lo que para muchos sociólogos y expertos se convierte no sólo en una fuga de cerebros, sino en una tristeza muda que emana de las paredes de una Venezuela herida, que se desangra ante la partida de los hijos que vio nacer.

Porque nadie puede quitarte lo que tienes en la mente y en el corazón, ser mejores cada día y, hay lugares hostiles para dicho crecimiento. Especialmente para generaciones jóvenes que deciden echar raíces fuera, porque el oxígeno se ha vuelto irrespirable, el abono tóxico, el agua dañina.

Padres besando a sus hijos, poniéndole escapularios, echándole la bendición, apretando los labios y conteniendo las lágrimas abundan en cada esquina de Maiquetía.

No porque nadie los haya echado de su tierra natal explicita, pero sí implícitamente.

Fotos en solitario o más bien pocos viajeros y muchos acompañantes sobre las interminables líneas de colores, adicional a algún mensaje de esperanza y de convicción acompaña la gráfica que cada vez más venezolanos cuelgan en sus redes como una despedida, como una advertencia, como un efecto catártico, como una justificación tal vez para alegar a los demás sus razones de dejar atrás la Venezuela que los vio crecer.

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1.6 millones de venezolanos han emigrado del país desde 1999 hasta la actualidad

De acuerdo a diversas estadísticas de fundaciones e instituciones independientes, desde el primer mandato del expresidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías (1999) han emigrado del país 1. 6 millones de venezolanos, lo que se traduce en 4 por ciento de la población global.

Rubén Darío Peralta, presidente de la Fundación Talven explicó que en ocasiones se hace cuesta arriba precisar la cantidad de ciudadanos venezolanos que se han ido del país a probar suerte, justamente porque poseen una doble nacionalidad, e ingresan legalmente a otros destinos en los residen permanentemente.

No obstante, aseguró que las personas que salen de Venezuela tienen edades menores a los 45 años y eligen principalmente como destino los Estados Unidos, donde el 80 por ciento de los que ingresan legalmente al norte suben o mantienen su status académico y económico y, alrededor de un 20 por ciento devenga en promedio una cifra de 120 mil dólares anuales.

Peralta detalló que actualmente existe presencia de venezolanos en 80 países del mundo.“No son tres o cuatro, estamos hablando de una comunidad importante”, dijo.

10 mil son los venezolanos en Australia, 30 mil en Francia, 200 mil en España, 150 mil en Italia, 5 mil en Irlanda, mil en Arabia Saudita y 2 mil 500 en los Emiratos Árabes Unidos.

Con información de El Venezolano News.

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