¡Tic, toc! Llegó el día en el que Nicolás Maduro y su gobierno encararán una enorme prueba de fuego ante la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyos países miembros discutirán la solicitud del Secretario General de la organización, Luis Almagro, de activar la Carta Democrática Interamericana.
El gobierno de Maduro movió todas sus fichas para evitar esta reunión, incluyendo el envío de una carta solicitando que se anulara la sesión, pero no lo logró. Para colmo de males -para Maduro-, el presidente del parlamento, Henry Ramos Allup, consiguió un derecho de palabra en la sede de la OEA y lo aprovechará este mismo jueves.
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Reseña El Nuevo Herald que los ojos de la región recaen sobre este encuentro, donde «quedará por ver si Venezuela aún ejerce el mismo grado de influencia sobre los países del Caribe que por años le protegió de cualquier intento dentro de la OEA por examinar las múltiples acusaciones de violaciones a los derechos humanos y de desmantelar el régimen democrático que rige en el país».
La Subdirectora en Funciones de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Annie Pforzheimer aseguró que la reunión ante la OEA «es un importante punto de inflexión para Venezuela».
Con información de El Nuevo Herald.