¿A quién no se le ha erizado la piel al escuchar Venezuela? ¿quién no ha sentido que se le sale el corazón cuando escucha a alguien hablar de su país? En Venezuela nacimos, nos criamos y vivimos los mejores recuerdos de nuestra niñez, no hay manera de olvidarla.
Créditos: Santiago Méndez / Flicker: santiagomendezphotography
Aprendimos a sentirla recorriendo nuestras venas con cada uno de sus paisajes y atardeceres. No hay vuelta atrás cuando logras dejar que un sentimiento como ese atraviese nuestra piel hasta quedarse en lo más profundo de nuestro ser.
Y si no creen que sea cierto les invitamos a leer estas cinco maravillas que nos recuerda la canción “Venezuela”, escrita por el compositor español José Luis Armenteros, quien falleció este sábado a sus 72 años.
1. El cuatro en el corazón
Porque la música en Venezuela nos viene del alma y más cuando se trata de tocar un instrumento tan noble como el cuatro, con el que nacimos, crecimos y disfrutamos en cuanta fiesta asistiéramos así sea para la hora loca.
2. Llevo en mi sangre la espuma del mar
La cura para todo viene del agua la salada, las lágrimas, el sudor y sobre todo el mar. Ese con el que crece el que nace en Margarita, o el que la visita en vacaciones. Ese que tiene el honor de decir “no hay nada como Los Roques”.
3. Soy desierto, selva, nieve y volcán
Porque Venezuela es eso, un poquito de todo al mismo tiempo. El cielo y el infierno, a veces, en un mismo lugar. Los cuatro elementos en perfecta combinación.
4. La mujer que quiero tiene que ser corazón, fuego y espuela.
Y hasta dicho por los mismos extranjeros: no hay mujer como la venezolana, y no solo por su belleza sino por su carácter, el mismo que la hace echar pa’lante no importa la situación.
5. Tus recuerdos al atardecer me harán más corto el camino.
¿Cómo olvidar ese cielo pintado en colores al final de las seis de la tarde? Dicen que todos, en cualquier parte del mundo, vemos el mismo cielo, las mismas estrellas y la misma luna, pero en Venezuela parece todo lo contrario. Parece que todo el cielo fuese solo nuestro.