Se agota la paciencia entre los venezolanos. La escasez ya ha llegado a límites inaguantables. Conseguir alimentos y productos básicos regulados y hasta no regulados se ha convertido en una suerte de juego macabro, en el cual es necesario pasar horas bajo el sol, en cola, sin que eso garantiza la obtención del producto.
Una multitud enardecida destruyó el enrejado del Abasto Bicentenario en el Centro Comercial Zulia, en Maracaibo, luego de que, aparentemente, no los dejaran pasar.
Foto: Correo del Caroní.
De acuerdo con Correo del Caroní, comerciantes de los alrededores aseguran que el disgusto empezó cuando la Guardia Nacional negó la entrada a los ciudadanos, y privilegió a personas paralelas a la cola. La ansiedad de los compradores terminó en un disturbio que ocasionó la destrucción de parte del enrejado del local.
Pollo, harina Pan, azúcar, aceite y papel higiénico eran parte de los productos previstos para la venta.