Ya no es opción. Atrás quedaron las épocas donde desayunar “en la calle” era una opción para las madres trabajadoras o los jóvenes estudiantes que preferían desayunar en una panadería o algún establecimiento informal antes que hacerlo en casa por la rapidez y facilidad a la hora de ahorrar tiempo, ahora comer “en la calle” es un lujo que puede costar hasta 20% del sueldo mínimo, tratándose de una sola persona.
Los venezolanos deben ajustar sus gustos a lo que cuente en su bolsillo, ya que las opciones más “baratas” oscilan entre los 300 y 800 bolívares (pastelito, cachito o empanada), en cambio si el “lujo” ya es mayor podría aumentar hasta los 2.200 bolívares (arepa) y esto sin la bebida o incluso si desean darse el gusto y su bolsillo lo permite, están los “desayunos completos” que puede llegar a costar unos 5.600 bolívares ya sea de tipo americano, continental o criollo.
Foto: Iván Lugo
También cambia el panorama a la hora de decidir el lugar, por ejemplo un desayuno con bebida puede pasar de 850 bolívares hasta los 2.700 dependiendo de la zona donde esté ubicado el establecimiento En este sentido, si una persona promedio decide desayunar todos los días en la calle y un lugar no tan exclusivo podría gastar entre 7.500 y 10.000 bolívares semanales, cifra que rebasa la suma del salario base.
El alto índice de inflación, la crisis económica y la escasez han llevado a que un desayuno fuera de casa pase de ser una opción viable a un verdadero gusto, debido a los altos costos que registran los alimentos, ante esto, las personas se ven obligadas a tomar otras alternativas como comer en casa e incluso “saltarse” el desayuno debido a la escasez de productos de la canasta alimentaria.
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Con información de El Universal.